Interiores
Juan Vitulli
Estos cuentos no son cortos y sin embargo se leen siempre de un saque. Se leen, en todo caso, en bloque, cualquiera sea la velocidad impresa a la narración: aquí los tramos en que la acción se mueve y los tramos en que se queda quieta son ambos urgentes, como si una misma tensión los sobrevolara. Lo que no es parte de la acción no es ni mero barroquismo ni corresponde al torpemente llamado clima: es parte de una inminencia, es decir, de la historia misma (en sus cuentos Vitulli consigue lo que alcanzaron los maestros: hacer que todo comparezca por igual, pero no quitando sino agregando historia a la historia). Con el correr de las páginas uno sufre el trauma difuso, el pequeño y no tan frecuente terror, de estar no solo ante un gran libro sino también ante un gran escritor. Francisco Bittar
Atravesar la extraña arquitectura de Interiores es cruzar umbrales de sentido inesperados. Es viajar en un ómnibus con un inmigrante hispano en Ohio y tratar de esquivar la devaluación enterrando dólares en Rosario. Es sufrir con la desesperación de un armado agonizando junto al Paraná y con la de osos negros que no pueden pescar en un río de Gladstone. Es encerrarse en la jaula de un minero y en la casilla blindada de un chico de la villa. Es escuchar ecos de una conversación entre Alice Munro y Juan Carlos Onetti grabada por Valeria Luiselli. Sobre todo, es maravillarse con hábitos de supervivencia perfectamente comprensibles en lugares donde nunca pasa nada. Como nadar en un lago helado para poder sobrevivirlo. Martín Gaspar
Este libro obtuvo mención especial en la categoría "obras éditas" en el Premio Provincial de Narrativa Alcides Greca.